Cambio de piezas
Cambio de piezas
Cuando las piezas establecen contacto y se colocan unas al alcance de otras comienza la verdadera batalla. Una pieza ataca a otra o varias se atacan entre sí y tenemos que decidir si capturar o no y como proteger nuestras piezas.
Decimos que se produce un cambio de piezas cuando ambos jugadores realizan capturas en una secuencia de jugadas.
Como principiante es frecuente realizar grandes masacres de piezas para simplificar la partida, pero con el tiempo aprenderás a respetar y a mimar tus piezas para cambiarlas o sacrificarlas en el momento adecuado.
Salvar una pieza
Si una pieza está atacada disponemos de varias opciones:
- Mover la pieza a otra casilla
- Defenderla con otra pieza
- Capturar la pieza que la amenaza
- Bloquear la línea de ataque interponiendo otra pieza protegida o de menor valor
- Contraatacar sobre otra pieza del contrario
- Cambiar la pieza por otra.
- Entregar la pieza a cambio de otra ventaja, por ejemplo iniciativa
- Simplemente perderla si no vemos la jugada o no tiene salvación.
Evaluación del cambio
Todos tenemos claro que una dama es más valiosa que un caballo. Por tanto el método de valoración más inmediato consiste en traducir las piezas capturadas a su valor numérico y comparar el resultado. Este método es muy simplista, aunque es necesario y muy útil. Este es el valor que se le suele asignar a las piezas.
- Peón = 1
- Alfil = 3
- Caballo = 3
- Torre = 5
- Dama = 9
Por ejemplo, si las blancas cambian una Torre, un Caballo y un Alfil por la Dama negra; entonces la comparación es 5+3+3 =11 frente a los 9 que presuntamente vale la Dama. Numéricamente las negras salen ganando.
La valoración numérica debe ser complementada con otra de carácter dinámico, pues es posible que no importe entregar material si con ello obtenemos ventajas tácticas o estratégicas que nos permitan ganar la partida. En este caso a la pérdida material la llamamos sacrificio o entrega, pero si perdemos material a cambio de nada se tratará simplemente de una "metida de pata" o un "error de cálculo". Un buen ajedrecista nunca atribuirá un resultado de un cambio o de la partida a la buena o mala suerte, pues la fortuna es una consecuencia natural de la colocación de las piezas y de cómo las manejemos.
Parecidas pero no iguales
Una pieza nunca es igual a otra, entre otras cosas porque no ocupan la misma casilla y porque siempre uno de los bandos cuenta con la iniciativa. Cuando se intercambia un caballo por un caballo, o cuando se cambian las torres en una columna abierta, o cuando aceptas la eliminación de un alfil de cada bando, la operación puede parecer perfectamente equilibrada, pero por muy equitativo que parezca siempre favorece a uno de los bandos.
Cuando cambiar
Consideremos, antes de consentir un cambio, cuál de las piezas a punto de ser enviadas de vuelta a la caja está haciendo un trabajo más eficaz. En general, es probable que sea ventajoso cambiar cuando:
- Con piezas equilibradas (el término" pieza "se utiliza en el sentido de la reina, torre, caballo o alfil)
- Si tienes más peones que tu oponente, pero todavía quedan muchas piezas en el tablero, entonces tu ventaja de peones está latente. La desaparición de piezas hace más evidente la ventaja de peones;
- Si tienes una posición cerrada y el intercambio de un par de piezas puede crear espacios de maniobra favorables.
- Con ventaja de piezas para uno de los bandos
- En general el jugador con ventaja desea cambiar piezas para que la diferencia se note más (por poner un símil en fútbol, no es lo mismo jugar 11 contra 10 que 2 contra 1, aunque en ambos casos solo haya un jugador de diferencia) y a la vez evita el cambio de peones, pues tras cambiar piezas éstos se harán más peligrosos porque tendrán más posibilidades de promoción.
- El jugador con desventaja debe intentar cambiar peones y evitar el cambio de piezas.
Lo más importante, sin embargo, antes de consentir un intercambio es pensar en las piezas que se quedan en el tablero. ¿Están a punto de perder a un miembro crucial de su ejército?
Los jugadores débiles evalúan una posición contando las capturas, los jugadores fuertes consideran sólo las piezas que quedan en el tablero.
Puedes ahorrar un gran esfuerzo y evitar costosos errores, simplemente evaluando el papel de cada pieza antes de acceder a un intercambio. A menudo, no necesitas estar calculando variantes. Cuando se ofrece un cambio de piezas, la decisión puede basarse a menudo en simples consideraciones estáticas. La pregunta que te debes hacer es: "¿Va a echar de menos a su pieza más de lo que lo haré yo a la mía?". Se dice con frecuencia que los intercambios facilitan la defensa, sin embargo, muchos juegos se han perdido al permitir el intercambio de una pieza defensiva importante, o al permitir a un atacante simplificar en un final ganador.
¿Cambiar o no cambiar?
Ejemplo
Veamos esta posición. El negro ha movido el caballo de f6 a g8, ofreciendo un cambio de alfiles. El blanco, tras pensárselo mucho, retiraró su alfil a f2. ¿Fue acertado evitar el cambio? Su razonamiento debe haber sido así:
■ Si el rival ofrece el cambio, entonces es que está dispuesto a deshacerse de los alfiles y por tanto, ¿por qué debería dejarle?.
■ De todos modos, mi alfil va a ser útil para atacar sobre sus débiles casillas negras.
■ Si tomo en e7, su caballo se activará saliendo de su casilla pasiva en g8.
¡Todas las consideraciones son erróneas!
El primer punto cae en la trampa de asumir que tu oponente sabe lo que está haciendo - y no tiene por que ser así, el segundo punto de olvidar el hecho de que el alfil de las negras es mucho más esencial para la defensa de las casillas negras que el alfil de las blancas para atacarlas, el tercer punto confunde las consideraciones a corto plazo con los objetivos a largo plazo.
Con sus peones en c6, d5, f5 y g6, el negro ha descuidado las casillas de color negro. Las blancas tienen el control de una espléndida casilla central en e5, y las negras no tienen ninguna casilla comparable. El alfil negro en e7 es el cortafuegos de las casillas negras. Cuando se intercambia, la batalla por las casillas negras ha terminado. De hecho, después de 1.Axe7 Cxe7 2.h4! la amenaza de una ruptura h5 está siempre acechando a la posición de las negras y las blancas tienen una gran ventaja.
Si crees que "Su alfil es más útil para él que el mío para tí", cámbialos.